domingo, 24 de junio de 2012

Edipo Mex

La columna de Junio para RAZtudio.



Si puedes manipular a Dios, éste deja de ser Dios. Sería, más bien, tu chalán cósmico, quien gracias a mínimos esfuerzos mágicos actúa a tu antojo. Ante tal estupidez, negar la existencia de cualquier Dios, me parece la única forma, incluso, de honrar a algún posible Dios. En la mayoría de los casos, Dios me suena a un concepto rebuscado, vagamente útil para intentar negar cualquier incertidumbre: llámese el origen del mundo, el sentido de las cosas, y , sobre todo, la muerte. Esto se reduce a postular que mientras no puedas explicar algo en base a tu particular y limitada visión del mundo, entonces debe haber un Dios. Dicha falacia se ve así: Tu ignorancia = Dios.

Tales fórmulas de la fe parecen tener poca importancia, hasta que a alguien le sacan los ojos. El pasado 24 de Mayo, María del Carmen Ríos García, le amputó los ojos a su hijo. No fue una intervención quirúrgica o acaso un procedimiento médico. Su hermana (tía de Fernando) sostuvo al niño, mientras ella extrajo los ojos con sus manos. Esto sin anestesia y sin mayor excusa que: no cerró los ojos para rezar. Y estaban rezando para salvar al mundo. Mismo que  (según un sueño de Maricarmen) habría de llegar a su fin, con la visita de Dios y un terremoto, el pasado 28 de Mayo. Aquí seguimos.


Edipo también perdió los ojos; él mismo los extrajo, para lidiar con el desconsuelo (¿culpa?) de haber matado a su padre y follado con su madre. Pero llegó a tal acto de auto-flagelo por enterarse de lo que hizo, más que por haberlo hecho. Al ver sus actos, en retrospectiva, se enjuició y condenó. Es significativo que se haya sacado los ojos, y no los dedos, por ejemplo. Otro factor influyente en esta decisión (si se le puede llamar así), fue el hecho de que un vidente anunció la tragedia con mucha anterioridad. De hecho, es posible que de no ser por la profecía del vidente, Layo nunca hubiese enviado a su hijo lejos de casa. Así, Edipo pudiese haber reconocido a su padre y a su madre, evitando cumplir la profecía. Maricarmen, al querer impedir una tragedia virtual, provocó una tragedia real, por desconocer a su propio hijo ante el llamado de una supuesta deidad.

Esto me remite, desde mi cómoda distancia, al diálogo más importante de toda la trilogía de The Matrix. Primero, la pitonisa (Gloria Foster) le advierte a Neo (Keanu Reeves) que no se preocupe sobre el jarrón que está a punto de romper. Neo rompe el jarrón. Luego, la pitonisa le dice a Neo que lo que realmente va a perturbarlo más tarde, es si habría roto el jarrón aunque ella no le hubiese dicho antes. Ésta resulta, después de tanto rollo, la pregunta más importante de toda la trilogía. La cuestión sobre si la realidad es real o no, resulta infértil en comparación con una discusión sobre la causalidad. Sea o no real el mundo, igual tiene leyes básicas que importan mucho más que su estatus ontológico.


Hablando de leyes: de no ser por la intervención de las autoridades, María del Carmen Ríos García, hubiese, según sus declaraciones, matado, además, a sus otros hijos (uno de 8 años, otro de 10 meses), como ofrenda sacrificial. Ahora, ella y sus parientes --otras 7 personas que participaban en el "rito"-- se encuentran recluidos en el penal de Neza Bordo, donde serán procesados por delito de homicidio calificado en grado de tentativa. Mientras, Fernando se encuentra en terapia intensiva, con el rostro vendado, enterándose, a sus 5 años, que ha perdido la vista gracias a su madre. Y gracias al Dios de su madre.


2 comentarios:

icari gómez dijo...

Me gusta que aceptes la cómoda distancia desde dónde habla el texto, sin embargo, no veo por qué relacionarlo con Edipo, sí en efecto se saca los ojos, creo yo que desde un lugar muy distinto. Para acortar la distancia, creo que éste fenómeno se pude relacionar mejor con los sacrificios prehispánicos propios de nuestro pasado cultural que desde el pilar de la cultura occidental.

fausto dijo...

Mestizaje, mami, mestizaje. Gracias por las observaciones.