miércoles, 19 de noviembre de 2014

los magos también desaparecen



A veces,
llueve así, como ahora. En silencio--
ruidoso como es--cerrar los ojos
y solo,
solo,
solo
(todo pinche solo),
tan solo
ver estática. Las ganas
de desaparecer (sin morir, claro), 
se amontonan (como quien tropieza en un slam, en noviembre, con una mona en la mano. Y hay quienes sugieren que el ego es un puño apretado). Las ganas
de rendirse ante las olas
de la pulsión. Correr sin reserva o cuidado alguno, sin fingir consideración latente, correr de aquí al nitrógeno espacial. Pasando por el extasis, el horror, el absurdo y la disolución. 

Desaparecer
como el alarido de un chango en metanfetaminas, en la humedad indiferente de la jungla; como los caracoles de humo, de las chicas tristes fumando afuera del metro; como la sal,
en la lengua; como los pliegues
de la lengua, entre
los pliegues de la lengua. Desaparecer,
carajo,
como un cerdo con una granada en la panza, bailando sobre la cuerda floja, de un circo en CNN. Pero se me afloja la boca y con ello la capacidad para contradecirme, o para sopesar las dudas, como margaritas que acarician el pezón, hasta dormir.

En mis pupilas
marchan incendios y convicciones,
el peso bruto del peso bruto, un desplante de noticias y doctrinas
que se hacen
pasar por almohadas (ortopédicas). La melancolía se presenta, a la puerta, como hipoteca y un símbolo tras otro juegan a los encantados, a los crucificado y a los dados.

Quizás sean solo las ansias
por decapitar o ser, al fin, decapitado, pero aun no fumo piedra sobre las cenizas de la carne de cañón. (Esa que los buitres, de toda inclinación, se saborean sin presión). Pero la virgen
nos habla
mamando el lóbulo del oído,
ya tan acostumbrado a ser oído. En silencio--latoso como es--cerrar
los ojos
y solo,
solo
(todo pinche solo),
solo
preguntar
si en esa vasta oscuridad
llamada nosotros, 
aquel municipio que nombramos pecho
está o no habitado por algún diamante.


viernes, 26 de septiembre de 2014

Cementerio


En este cementerio
-porque eso es lo que es-,
hay flores diminutas
que bailan chachacha,
flores que deambulan,
buscando con quién platicar.

En este cementerio
-porque así se le dice-,
jadean animales heridos,
con la lengua de fuera.
Tristes sus oídos
recuerdan lo que fue rugir,
así, ante la infinitud
de la chingada,
a sabiendas
de que por casi un segundo
han sido el sol.

En este cementerio
-no hay tiempo para negarlo-,
las ansias son dictadura y
las apuestas
se dejan en un sobre sellado. Y
no por haber olvidado
la dirección,
se deja de enviar.




lunes, 28 de julio de 2014

apenas


Fuimos apenas
un grito,
interrumpiendo
la más densa oscuridad.
Un grito
generoso en su violencia,
brillante,
virulento, frágil
confeti feroz.

Nos van a ahogar, nos
van a ahogar.
Ahí,
donde el absurdo
es el más triste soberano, 
y solo quedarán las lijas.
Ahí, donde la lucidez
no es derroche, y
los pétalos
carecen del filo de navajas
para afeitar
suspiros, de par en par,
con su vértigo bonito.

Fuimos apenas
la costera de una huella,
la costura de una estrella
de mar, pestañita en un lote
baldío. Apenas,
el preludio de un diamante,
arcoíris de aceite
embarrando el pavimento,
un desafiante chiflido, una coartada, un tambaleo.
Apenas,
un chingadazo
al hígado de lo improbable;
bien puesto, bien dado, mal repartido,
y colocado sin remordimiento, 
imposible
de corresponder.


martes, 17 de junio de 2014

Puta Madre (va de nuez)

Este poema, escrito en 2009 sale en mis 'Poemas Perrones pa' la Raza'. Su vigencia se muestra, hasta la fecha, inagotable. Dense las tres. 



Al filo de la miel
se derriten constelaciones
y la ternura
es brutal.

hemos desafiado a las lámparas,
con tus pupilas mantequilla,
y la mar de fluorescencias
vacilando tus pestañas.

la quietud es un himno
pero hace tanto que no dejo de cantar.
mientras te preguntas cosas serias
que nada tienen que ver con el tiempo:

avionazo decapitados Pemex 
narcomenudeo secuestrados Telmex
walmart super k nicotina

defiendo el espacio,
cediendo el territorio,
y llueven flores de colores oscilantes,
y soñamos con rebeliones y semáforos rotos.

un beso quizás,
uno lejos del capital;
una caricia quizás,
una desprovista del pánico:

eta zetas afi
panchitos poetas malditos doritos
banco mundial fmi tlc

considero
que podría escribir
un tremendo poema 
de amor.
solo tomo café,
busco culpables
me fatiga la indignación, y
abrazo la angustia:

'colgó los tenis' 'cenan plomo' 'su último danzón'
crisis deuda inversión
duvalin coca cola ricolino inflación

yo soy menos,
tu más-turbas los rayos del sol;
yo soy más,
tu menos-precias lo inmediato:

pri pan prd 
jumex aeromex dvd
privatización inmigración importación

yo soy menos,
tu más-ticas mi sopa de letras;
yo soy más,
tu menos mal que no regresas:

mexicana mariguana springbreak
pgr pfp ddt
alpura silicona maizena

pero ya
da lo mismo,
y ni un segundo extra les ofrezco
ahora que tengo mil brazos
y sé bailar salsa.

ya
olvida mi nombre
ya
cancela mi servicio
ya
cierra la cortina
ya
borra mi historial:

televisa tv azteca mtv
madonna belanova ketamina
china cocaína china

doce meses sin intereses

-(credencial para votar)
ven, disfruta nuestras rebajas
-(credencial para votar)
doce
meses
sin 
intereses
-(credencial para votar).

Porque:
Al filo de la miel
se derriten constelaciones
y la ternura
es brutal.
que no me canso de tararear
odas a la dulzura, a ritmo de quebradita huasteca ciber-punk,
y de intercambiar mensajes cochinos con la diosa a través
de mi celular.

que no he cesado de
asombrarme
y perder

y perder

y perder

y perder

el aliento.


martes, 3 de junio de 2014

suck at math


Add a windmill,
add dirt
--lots of it--;
add a brute swirl of light,
a blaze of stranded chaos
disturbing every bit of matter
with its tongue. Add color. Period.

Add glitter,
neon lollipops, a shitty remix soundtrack playing in the back,
a confederacy of sly remarks and witty comebacks.
Add a martini glass.

Add the delta of a river,
add arms
--literally--(many of them).
Add more,
and have them blur into constellations.

Add that fresh sparkle
of rainbows undoing space
in any given drop
of water. Add laughter (or giggles,
if you rather).

Add mud
and the flicker of dilated pupils
under the strain of awe.
Add pieces of what is to be,
add ennui and repetition. Add
trepidation and stolen glances.
Keep adding.

Add an amusement park,
call it "now",
call it "mind",
call it "me",
call it by its true name,
while adding
a bubble bath of distractions,
a marmelade rhizome of rhetorical questions,
a frothing fountain at the mercy of chance. Add possibility.
Add bewilderment, and glam rock
and a tablespoon of "who gives a fuck?"

Add the angles of a diamond,
add attempted prayer books
and a urge to make sense.
Add a collection of tropes,
an eagerness to connect
and some bitter flower known as irony.
Add caramel,
mild psychotropic substances, hot fudge, ferocity
and a bright fuckin' cherry on top.

Add dollar bills
--make them hundreds;
make them more-- and then some. Make it so there is no final sum.
Add vividness
(lovely particles of filth)
and an urge for comfort. Add
nipples
and all the ways they stare back at you. Add
an irrational number dictating the curve of lips. Add a rose.

Add compulsion.
Add apples. Make them green. Make them grow.
Chewing gum, pop corn and tv commercials.
Subtract the weight of dreams,
divide the time by time (till it cracks like a whip),
multiply by the daze of desire (baptize your thoughts in fire).
Crosscheck. Double check the digits.
Then add the tip.

Add masturbation,
and soprano's cries
breaking windows
and hearts, and flight schedules and stopwatches.
Add velocity,
make it exponential,
factor in assorted amounts of infinity
and g-spots
and emotional undertones
and complexity beyond recognition. Add preservatives and soda.

Add intoxication, moonlight, hubris and
simplicity. Add dewdrops,
whispers, the taste of pussy, the
capacity to listen and a sea of attention. Add fever
and dread. Add silver,
add gold, and all the things she said
and all the things better left untold.

Add ten times your weight in pain
and shake it up--fuck it,
make it a hundred times your weight in pain, to keep you busy, to keep you
guessing--. Add all the shit bound to happen,
add the smell of hospital emergency rooms,
and a one way ticket. Add the rest stop.

Add more confusion,
add more confusion,
add
elation, euphoria tinted eyes savoring dawn, add
melancholy and killer instincts. Add excuses and a hint
of compassion. Just a hint, and a razor-blade.

Add poorly formulated apologies.
Add ambivalence.
Add admiration.
Add an ease for fascination.
Add cloth.
Add soap.
Add a whole DJ set of symptoms.
Add denial.

Keep adding. Keep at it. Keep taking notes. Keep paying up.
Add some sort of sugar.
Add a keen sense of expansion,
and the axis of tenderness. Add a chaser of lemon.

Add a map.
Forget it.
Forget about it.
Mumble the right answer.
And doubt.

Quit counting.
Keep adding.
Give it away.
Add more courage than previously considered necessary.
Subtract yourself from the equation.
Stir slowly.
Serve medium rare.








martes, 8 de abril de 2014

Tumbando caña



No seré
reivindicado. El olvido
tiene muelas
impunes, y
el hidrógeno sabe
guardar silencio,
como una tumba en primavera.
Pero si
alguna vez
has mordido un caramelo en la oscuridad,
ahora mismo
puedes conjurar cómo cruje
cualquier trozo del sol, cualquier
cristal tornasol, cómo cruje, mientras
irradia dulzura
a los dobleces de la lengua. Entonces
le has partido toda su perra madre al buda que encontraste en el camino, y conoces
la naturaleza del cronómetro, y
el vuelo de la golondrina.


martes, 14 de enero de 2014

A veces siento como que el Hubble me habla



Tu cabeza es una cítara. Justo ahora vibra, maremoto terciopelo de luces certeras. Ni la escuchas, solo retumba la voz sonámbula del público--las ansias de un testigo--que habla sin parar, por puro miedo a perderse en alguna infinitud.

Tu cabeza es una cítara, sus cuerdas ondulando en las manos de una hija bastarda de Ravi Shankar. Ni es su hija, sino la causa de cada constelación, girando el compás del sol en sus yemas. Sus manos recorren escalas, obligando a la luminosidad de la galaxia a bailar quebradita en un cielo abierto que gira entre jazmines coloridos y nubes que recitan lotos al dulce coño de la no-virgen maría. Eclipse, cáliz, la roja risa de un ahora escurridizo. Pero ni la escuchas, tocar, con esos dedos que algunos llaman satélites, porque no vaya a resultar siendo que algún concepto sea un fetiche cómodo.

Tu cabeza es una cítara, hace vibrar las columnas de un templo sobrado, y sus temblores recuerdan, precisan, que tu cabeza ni está en tu cabeza, sino en algún órgano que no por flotar deja de palpitar, en eso llamado espacio. Y no hay obstrucción que valga ante el galope  de elefantes que son tus pupilas al reflejar. Pero ni la escuchas, ni dejas que su áureo silbido recorra tus vértebras, dislocando el ojete GPS que has imputado e impuesto, sin querer insistiendo, a la puta realidad, con tal de no perder la cabeza ni la tierna torpeza de su nombre.

Tu cabeza es una cítara, y finges escándalo, solo porque nadie puede leer las letras del karaoke y porque las canta un androide que nació en una rosa blanca en el bosque de tu (así llamado) pecho.

Tu cabeza es una cítara, y nada ni nadie te va a salvar de su brutal suspensión; no, nada de eso, porque justo ahora estás soñando, apenas.